La rigurosidad y disciplina que exige la carrera que estoy cursando en la Universidad, me ha obligado a optar por un horario casi nocturno gracias al cual y durante mi viaje de regreso a casa he podido observar una serie de situaciones que solo pueden ser vistas después de que el sol se ha ocultado y la noche hace su aparición.
San José de noche es una de las ciudades que a mi parecer cambia de sobremanera de la noche a la mañana ya que pasa de ser una cuidad cordial cosmopolita bulliciosa (y con cierto grado de peligro como cualquier otra) a una completamente distinta, llena de peligros y solo transitada por aquellos quienes por razones de trabajo y/o estudio no tienen más remedio que llenarse de agallas y caminar unas cuantas cuadras con destino a sus respectivos hogares.
Desde que se desciende del bus en su terminal, el único panorama visible son personas indigentes, quienes muy amablemente ofrecen abrir la puerta de algun taxi a cambio de cualquier moneda y sin embargo si alguien es desafortunado y se encuentra solo en la vía, no dudaran en acorralar a esta persona y privarlo de sus pertenencias, actitud hipócrita solo digna de las peores ciudades. Continuando el trayecto, los bares, cantinas y cualquier otro lugar donde se puede comprar alcohol abundan en las calles con sus frecuentes usuarios muchas veces dormitando en una esquina de la calle, las que son adornadas por improperios y groserías que salen de estos lugares y que pueden ser escuchados a mucha distancia por el mutismo pavoroso que impera en estas solitarias calles.
El sentimiento de inseguridad es tal, que fácilmente se puede percibir en la gente, gente que pareciera estuviese realizando una competencia para evitar ser dejado atrás a merced de los abundantes y ya mencionados vagabundos quienes con asombrosa coordinación, parecieran estar apostados en los lugares estratégicos de las calles a la espera de una posible presa o simplemente de un golpe de suerte cuan mosca atrapada en una telaraña, todo esto aunque parezca increíble solo ocurre en cuestión de un par de cuadras desde la terminal del bus de San José hacia Heredia hasta el bulevar de la avenida central.
Ya en el bulevar, el sentimiento de zozobra es amainado por una esporádica presencia policial y una cantidad mayor de gente transitando la zona, pero a su vez opacada por acciones que hacen cuestionarse la verdadera cultura y educación de nosotros los costarricenses. Aunque no tengo nada en contra de las personas homosexuales, no obstante, resulta triste que este tipo de personas tenga que recurrir a reuniones con apariencia clandestina (dado el carácter nocturno de las mismas) juntándose a montones, realizando actos que para en estándar socialmente aceptado lucirían sumamente indecorosos, y como si esto no bastara, unos cuantos metros más adelante se observa a un par de hombres machistas (actitud incluso más deplorable) gritando y abucheando improperios a esta convención sui generis tan difícil de ver de día y mucho menos en un lugar de concurrencia pública, lo que implícitamente nos muestra la intolerancia de los ticos para con esta clase de personas.
Ebrios, pandilleros y drogadictos son las únicas cosas que se pueden observar en la capital de nuestro país, en la San José de Noche que irónicamente es de las más tranquilas en comparación a otras ciudades de Costa Rica y que ambiguamente sea promocionada solo en horarios exclusivamente diurnos (a excepcion de los antros nocturnos). Todo esto es simplemente una pincelada del problema de inseguridad de magnitudes gigantescas que atraviesa nuestra capital y que ahora en momentos cercanos a la elección de un nuevo presidente, despejemos nuestra mente de publicidad y propaganda y meditemos acerca de quién puede ser una opción real a una posible solución de este y muchos otros problemas que atraviesa el país, además de que sirva como testimonio real y fidedigno de lo que se ve en San José después de las siete de la noche si algún día yo mismo llegara a faltar a causa misma de este gravísimo problema dado a mi reacción enérgica e imprudente ante uno de los tantos malhechores que con tantísima devoción, no dudan mi un segundo en exigir dinero a cambio de la vida.
Les invito a ver el video para dar conclusión a este comentario. (en pantalla completa para ver mejor algunos detalles)
Titulo de la Imagen “Reverencia a la Luna” (gracias a Andrés y su hermano creadores y propietarios exclusivos del dibujo).